Antes de pasar a la síntesis sobre este documental es necesario conocer las ideas que llevó a su autor la elaboración de dicho documental.
En Francia todavía hay miles de colegios de clase única, por lo que el autor determinó una región de Francia, el Macizo Central, porque quería ubicar la película en un sector de media montaña, donde el clima fuera duro y el invierno difícil. Por añadidura, le pareció esencial encontrar una clase con un grupo reducido (de 10 a 12 alumnos) de manera que cada niño fuera identificable, y pudiera ser "un protagonista", un "personaje de la película".
También quería que el rango de edades fuera lo más amplio posible - desde párvulos hasta 4º ó 5º de primaria o más - por la personalidad y el encanto que emanan de estas pequeñas comunidades heterogéneas, y por el trabajo tan particular que exigen sus profesores. Y ya, puestos a pedir, si la clase podía ser grande y luminosa (no era cosa de añadir iluminación) y si los niños tenían rostros bonitos, pues mejor que mejor.
Naturalmente, el autor sabía que muchas cosas dependerían de esa elección, y la responsabilidad recaería sobre los hombros del educador, pero sobre ese punto determinante estaba muy abierto: podía ser hombre o mujer, joven o menos joven, experimentado/a o no...
Por tanto, atendiendo al documental que nos presenta su autor, nos adentramos en una clase en la que amanece ordenada, donde las mascotas (tortugas) pasean por ella.
El profesor espera cada mañana en la puesta del colegio a todos sus alumnos que llegan en autobús ya que viven lejos del colegio. Al empezar las clases los alumnos toman sus asientos y siempre se dirigen al profesor llamándolo “señor”. Se establece por lo tanto, una distinción de roles, donde el profesor es la figura superior y se debe establecer un respeto hacia él.
El profesor trabaja en un aula de grandes dimensiones donde los alumnos de distintas edades se distribuyen a lo largo de la clase en función de la edad y del nivel educativo que poseen. Estamos hablando de una escuela rural de clase única, formada por un grupo de alumnos heterogéneos. El estilo de aprendizaje que adquiere el profesor es personalizado y trabaja con cada uno de los grupos que forman su clase. Cuando termina de trabajar con los pequeños los números del 0 al 6, comienza a trabajar con los mayores los dictados y las distintas operaciones de sumas, restas, multiplicación y división.
Aprovechando la localización de la escuela, establecemos una escuela abierta al entorno donde los alumnos podrán salir al exterior para realizar distintas actividades como los talleres de cocina, salir al patio a leer, conocer los prados y los animales.
No podemos olvidar las familias de los alumnos, éstas mantienen una relación con la escuela, de manera que ayudan a sus hijos en el aprendizaje, apoyándolos en los distintos ejercicios. Los alumnos ayudan en las tareas de casas, como la elaboración de la comida, trabajan en la agricultura, arando las tierras para sembrarlas y estudian en la escuela. Por estos motivos es muy importante la colaboración entre familia y escuela.
La figura del profesor es muy importante, estamos ante un profesional que trabaja distintos niveles educativos debido a los alumnos que forman su clase, tiene en cuenta sus sentimientos y los problemas de sus hogares. Por tanto, estamos ante un hombre con mirada tranquila, una paciencia infinita, completa atención por sus alumnos, una persona humana que impone respeto y realiza una heteroevaluación de sus alumnos.
En esta escuela se trabaja a partir de un currículo abierto y flexible, es decir se debe tener en cuenta las condiciones familiares, el entorno que les rodea, los distintos niveles educativos y las características de los alumnos para conseguir una educación efectiva y cumplir los objetivos educativos propuestos al inicio del curso escolar.
